Como una montaña rusa?, yo diría que no. Ya que uno disfruta cuando va bajando y los movimientos bruscos, las sacudidas, el viento,... Pero en la realidad, ODIAMOS los cambios. Somos estables o intentamos serlo y cuando no pasa, SIEMPRE es culpa de otro( o eso queremos pensar para tranquilizar nuestro ser.
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